jueves, 12 de abril de 2012

Algunos datos sobre el español dominicano

El español dominicano es la variedad dialectal hispánica usada por los dominicanos para comunicarse cotidianamente. Sus rasgos básicos son los mismos del español de la península ibérica, con ciertos matices generales del español de América y los muy particulares que ha adoptado históricamente en el territorio de la República Dominicana, donde la lengua ha venido evolucionando desde finales del siglo XV.


Desde sus orígenes coloniales, el español se enriqueció bastante al recibir el influjo de un gran caudal de indigenismos taínos, luego de africanismos, después de galicismos y, más tarde, de anglicismos, que se han quedado de una u otra manera en el habla de nuestro pueblo. A todo lo cual habría que sumarle las palabras, expresiones o significaciones propias (dominicanismos) que fue generando la sociedad dominicana en su trajinar cotidiano.

Con más detalles, veamos a continuación las particularidades que caracterizan al español dominicano.

Rasgos lexicales

Se sabe que desde inicios del proceso de colonización española, nuestra lengua asimila inicialmente un gran caudal de indigenismos, procedentes de lenguas como la taína, la caribe o la arahuaca, usuales en ámbitos como la flora, la fauna, los objetos, la religión, las demarcaciones geográficas, la hidrografía, las creencias religiosas y las expresiones socioculturales, de donde proceden palabras como: caoba, guayacán, yuca, maíz, manatí, caimán, iguana, colibrí, carey, cocuyo, tiburón, barbacoa, canoa, coa, hamaca, areíto, cemí, huracán, behíque, cacique, batey, Camú, Ozama, Cibao, Higüey, entre tantas otras de uso cotidiano en nuestro país y algunas en el resto del mundo hispánico y hasta en otras lenguas.

Hay en el español dominicano muchos marinerismos, debido a la gran cantidad de marineros que visitaron o poblaron la isla durante la etapa de colonización europea. A ellos se deben palabras como: abarrotar, amarrar, derrotero, marearse, flete, singar (que originalmente significa “remar”, pero en sentido figurado se entiende como “copular”).

Luego, con la sustitución de la mano de obra indígena por la de los esclavos traídos del continente africano, el español de nuestro país absorbió decenas de africanismos de diversa procedencia, como: bachata, guineo, guinea, bemba, vudú, fucú, tango, mandinga, guandul, mondongo, banana, quimbamba, cachimbo, engombe, malanga, conga, mambo, chévere, mofongo, toto (este último convertido lamentablemente en palabra vulgar, aunque su significado original en lengua suajili familiar es “niño”. Véase al respecto: Ayuso, J. J. (2003): En busca del pueblo dominicano. Editora Manatí, Santo Domingo, p. 106).

Más adelante, el español dominicano asimiló decenas de galicismos, o palabras provenientes del francés, como: boutique, fuete, brasier, merengue, flamboyán, élite, matiné, garaje, amateur, bulevar, cabaret, carné, bufete, chofer, chef, complot, hotel, menú, peluche…

Más tarde, el español dominicano se llenó de anglicismos (palabras procedentes del inglés), sobre todo vía influencia estadounidense, de ámbitos como los deportes, la tecnología, la moda, la economía, el ocio, etc. He aquí algunas de ellas: bate, béisbol, pítcher, cátcher, jonrón, ampaya, fútbol, club, tenis, printer, blog, suáper, filme, snob, panti, tráiler, mofle, software, copy, show, hits, cash, flow, hobby, bómper, guachimán, okey…

Los dominicanismos

Dominicanismo es “cualquier vocablo, expresión o significado que ha surgido como producto de la creación local, parcial o totalmente, y que, desde el punto de vista diatópico, forma parte del uso activo y/o pasivo de la mayor parte de los dominicanos”, según Carlisle González (Un estudio de lexicosemántica: el español dominicano. Ediciones Tapia / Editora Universitaria-UASD, Santo Domingo, 2006, p. 203). Este autor los clasifica en:

a) Lexicales, como rebú, furufa, chin

b) Semánticos, como bola (con el sentido de viaje gratis), botella (con el sentido de persona que cobra sin trabajar), concho (transporte público)

c) Morfonéticos, como desinquieto (inquieto), desapartar (apartar), regoso (riesgoso o con riesgo de…), guachimán (watchman > guardián)

d) Morfosintácticos, como “me se olvidó” (se me olvidó), “la mujérese” (las mujeres)

Rasgos fonéticos

Ante una simple audición, el español hablado en la República Dominicana parece presentar cuatro grandes zonas fonéticas:

1) La zona de vocalización de algunas consonantes implosivas, en casi toda la región norte o cibaeña, donde resultaría normal escuchar [aipaigáta], [aiminitradói] y [aisión], en donde se leería: alpargata, administrador y acción.

2) La zona de lateralización de /-r/ implosiva, en casi toda la capital dominicana, región sur central, donde resultaría normal escuchar [elmáno], [kontáltelo] y [entendél], en donde se leería: hermano, contártelo y entender.

3) La zona de vibrantización de /-i/ o /-l/ implosiva, en gran parte de la región suroeste del país, donde resultaría normal escuchar [arkánsamelo], [asérte] y [nasionár], en donde se leería: alcánzamelo, aceite y nacional.

4) La zona de geminación de consonantes, en varias comunidades de la región este del país, donde resultaría normal escuchar [obbídala], [tádde] y [puékko], en donde se leería: olvídala, tarde y puerco.

martes, 8 de noviembre de 2011

La redacción de citas textuales

La cita textual es un procedimiento discursivo mediante el cual se incorpora o se reproduce un enunciado en el interior de otro con marcas lingüísticas que indican o sugieren la porción de texto que pertenece a una voz ajena. Se suele usar para apoyar, complementar y profundizar una exposición o argumentación. La validez de las citas depende en la práctica de que al recogerlas se cumpla con una serie de normas y referencias, por lo que se recomienda que:

• Deben justificarse o tener una razón de ser, lo que se logra al poner en evidencia su vinculación con el tema que se desarrolla.
• Deben aparecer o presentarse de manera fluida en la redacción del discurso.
• Si son directas, su reproducción debe ser siempre exacta, fiel al original, verificable.
• Si son indirectas, sus ideas deben respetar el sentido original con que fueron expresadas.
• Deben remitirse a un autor y a una obra determinada, siguiendo algún modelo internacional de referencia.

Las citas textuales pueden presentarse en estilo directo o indirecto, dos estrategias distintas de referir la enunciación. La cita en estilo directo interrumpe el discurso principal para adoptar el enunciado secundario, el cual se reproduce tal cual fuera concebido originalmente; mientras que la cita en estilo indirecto presenta el enunciado secundario con ciertas modificaciones para adaptarlo al discurso principal. Veamos algo más:

• Dado que presenta dos discursos diferenciados de dos emisores distintos, la cita en estilo directo implica cambios en la entonación y en la construcción sintáctica. En la escritura se distingue porque suele ser anunciada y delimitada por signos gráficos como los dos puntos, que indican el inicio de la cita, y las comillas, que indica su extensión. Ejemplo:

En un cuento de Juan Rulfo nos encontramos con un pasaje donde un hijo le cuenta a su padre lo que le pasó con un militar que lo interrogaba sobre quién era el culpable de la muerte de un hombre que se hallaba a su lado:
"Me siguió preguntando: '¿Entonces quién, eh?' Y así se estuvo dale y dale hasta que me zarandió de los cabellos y yo ni metí las manos, por eso del codo dañado, que ni defenderme pude".

• La cita en estilo indirecto se presenta como el discurso de un solo emisor que introduce, adaptándolo, el discurso de otro. Por ello no implica cambios en la entonación y la construcción sintáctica fluye así con naturalidad; tampoco requiere del uso de dos puntos ni de comillas, pero sí de ciertos mecanismos de cohesión gramatical que garanticen la fluidez de la adaptación. Ejemplo:

El hijo le cuenta a su padre que el militar le preguntaba que quién era el asesino de aquel hombre que se hallaba a su lado. Y que luego, enojado de insistir sin obtener respuesta, le zarandeaba de los cabellos y que no pudo ni siquiera defenderse porque tenía el codo dañado.

Veamos ahora algunas de las normas más aceptadas sobre la reproducción de citas:

a) Si la extensión de una cita textual directa ocupa no más de tres líneas puede incluirse entre comillas en el texto principal. Ejemplo:

Francisco Henríquez y Carvajal piensa que “los primeros años de la vida son los mejores para sembrar los gérmenes de las ideas” y “para determinar los buenos hábitos”, que les servirán al niño tanto en el ámbito académico como en la vida práctica misma.

b) Si es más extensa, se recomienda copiarla en párrafo aparte con un poco más de margen y en letras de menor tamaño. En este caso no hacen falta comillas, ya que se hace obvia ante el lector. Veamos:

En una carta que le dirigiera a su esposa Salomé Ureña de Henríquez, Francisco Henríquez y Carvajal le decía en 1888 lo siguiente:

…la educación de Fran me preocupa. No creo que a un niño pequeño se le debe apurar con estudios penosos y acumulados; pero sí que los primeros años de la vida son los mejores para sembrar los gérmenes de las ideas que después se desenvuelven ampliamente en el cuadro de las ciencias y para determinar los buenos hábitos. El niño debe amar el estudio, deben interesarle las cuestiones nuevas; una vez habituado, entonces, aunque no lo dirijan, estudia y se forma.

c) En cada cita formal debe darse referencia sobre el autor y la fuente. Esto se puede hacer de dos maneras:

1) Tras la transcripción de la cita y entre paréntesis o con envío a una nota a pie de página o a final de capítulo o al final de la obra, en donde se dan una serie de referencias sobre la obra citada.

Henríquez y Carvajal lo dice así: “El niño debe amar el estudio, deben interesarle las cuestiones nuevas; una vez habituado, entonces, aunque no lo dirijan, estudia y se forma” (Seebac: Familia Henríquez Ureña: Epistolario (I). Editora Corripio, Santo Domingo, 1996, pág. 19).

2) Mediante la codificación autor-fecha, muy usual hoy día en documentos científicos debido a su simplicidad, que consiste en anotar entre paréntesis, antes o después de la cita, el apellido, el año de publicación del texto y la página:

En su libro Historia del tiempo, Stephen Hawking expone que Newton postuló una ley de la gravitación universal de acuerdo con la cual cada cuerpo en el universo era atraído por cualquier otro cuerpo con una fuerza que era tanto mayor cuanto más masivos fueran los cuerpos y cuanto más cerca estuvieran el uno del otro, y que era esta misma fuerza la que hacía que los objetos cayeran al suelo (Hawking, 1993: 21).

d) Otras observaciones:
• Si se suprime algún fragmento de texto en las citas, esto debe indicarse allí mismo con tres puntos entre paréntesis.
• Si se añade o reconstruye algún fragmento de texto en las citas, este debe aparecer entre corchetes.
• Las llamadas de nota del texto remiten no solo a referencias bibliográficas, sino también a otras aclaraciones u observaciones que aparecen por lo general en orden numérico a pie de página, al final del capítulo, o al final de la obra.


Las referencias bibliográficas

Se trata de un conjunto mínimo de datos o informaciones que permite la identificación de un documento o de una parte del mismo, sea este un ensayo, un artículo, una monografía, una tesis, un libro de texto, una novela, un registro sonoro, un video, etc.

Las referencias bibliográficas se suelen anotar al momento de comentar una obra o tras haber citado un fragmento de texto específico, tal como vimos en el subtema anterior. Es necesario especificar los datos bibliográficos del material utilizado para la elaboración de un trabajo de investigación, por varias razones: a) porque existen derechos de autor legalmente establecidos; b) porque el plagio o copia de obras ajenas haciéndolas pasar como propias es un delito; y c) porque citar las fuentes de información es una garantía de seriedad intelectual y calidad académica.

Los datos de la obra que se suelen tomar en cuenta son estos:
• La autoría: se trata de quién es el responsable de la cita referida, el autor, el traductor, el editor o la fuente a quien se le atribuye la obra. En una lista de referencias bibliográficas como las que aparecen al final de un libro, el autor se suele presentar considerando primero su apellido y luego su nombre, para facilitar la organización alfabética del inventario. En obras de responsabilidad colectiva, se sugiere citar no más de tres autores.

• El título: Se debe presentar tal como aparece en la portada de la obra. Debe escribirse tras el nombre del autor, luego de dos puntos, en letras cursivas o entre comillas, dependiendo del modelo que se esté siguiendo.

• La edición: Aparece luego del título y tras un punto, e incluye el número de edición de la obra (a partir de la segunda) y el nombre de la empresa editorial que la ha reproducido.

• El lugar de edición: Se anota tras el nombre de la editorial, separados por coma, y por lo general se trata del nombre de la ciudad donde se materializado la obra, aunque a veces se anota también el país.

• La fecha de publicación: Se trata del año específico de producción de la obra. Puede aparecer, según el modelo, después del nombre del autor y entre paréntesis, o luego de la especificación del lugar, separado de este por una coma.

• El número de página del que se tomó el texto. Se escribe al final, separado del dato anterior por una coma. Si se trata de más de dos páginas, sólo se escriben la primera y la última cifras, separadas por guion. Luego se cierra la referencia con un punto.

La bibliografía

La bibliografía suele ser el apartado final obligatorio en los trabajos de carácter académico de cierta envergadura. Consiste en una lista de obras o documentos que han servido de referencia para un trabajo de investigación académica. Se suele organizar alfabéticamente a partir del primer apellido de los distintos autores consultados.

Existen varios modelos de presentar los datos de las referencias bibliográficas. Veamos los dos más usuales, aplicados en este caso solamente a libros (para el caso de otro tipo de documentos físicos, recomendamos al lector consultar en internet o en libros especializados):

• Formato tradicional: apellido del autor, coma, nombre, dos puntos, título en letra cursiva o entre comillas, punto, editorial, coma, lugar de edición, coma, año de publicación, punto. Por ejemplo:

García Márquez, Gabriel: “Cien años de soledad”. Ediciones Cátedra, Madrid, 1984.

• Formato APA (American Psychological Association): apellido del autor, coma, inicial(es) del nombre, punto, fecha entre paréntesis, punto, título subrayado o en letra cursiva, punto, lugar de edición, dos puntos, editorial, punto. Por ejemplo:

García Márquez, G. (1984). Cien años de soledad. Madrid: Ediciones Cátedra.


En caso de que se trate de una referencia a un documento electrónico o consultado en la internet, también existen varias propuestas, de las cuales nos parece muy práctica la siguiente:

• Formato MLA (Modern Language Associaton): Semejante a los modelos anteriores, se trata de identificar la autoría, el título del trabajo y el medio de comunicación consultado, se distingue la fecha de difusión o producción del documento de la fecha exacta cuando se consultó en línea, luego se copia la dirección electrónica que conduce a dicho trabajo.

Si se trata de un artículo, podría referirse así:

Sevares, Julio, “Darwin se puso de moda”, Clarín, Buenos Aires, 2/08/2000. Consultado el 11/08/2000, disponible en http://www.clarin.com.ar/diario/2000-08-02/o-02501.htm

Si se trata de una enciclopedia en línea, podría citarse de esta forma:

“Inteligencia colectiva”, en Wikipedia. Consultado el 18/06/2011, disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Inteligencia_colectiva

Si se trata de un trabajo sin algunas referencias, podría citarse de esta manera:

“El sincretismo lingüístico de los dominicanos”. Texto en red s. r. (sin referencia), 12/09/2010. Consultado el 23/04/2011, disponible en http://cm.sinc-ling.do/cm/ms/que/reflexiones/doc.html

Si se trata de una enciclopedia en CD-ROM, podría referirse así:

“Voladora”, Enciclopedia Dominicanísima, CD-ROM. Huracán Multimedios. Santiago, 2012.

sábado, 9 de abril de 2011

La ortografía en el chat

Muchos estudiantes y profesores, así como profesionales de diversas áreas y gente culta en general, reaccionan escandalizados y expresan sus inquietudes ante las alteraciones que sufre la lengua al ser usada en facebook, twitter, mesenger o cualquier otra red social o medio de comunicación escrita típico de la era digital. Y se preguntan: ¿Es posible controlar el mal uso de la lengua al chatear? ¿Se debe exigir el cumplimiento de las normativas ortográfica y gramatical a los usuarios de los sistemas de mensajería vía internet? ¿Qué se podría hacer para evitar o mejorar todo esto?

Más que críticas o rechazos lo que este fenómeno precisa es reflexión. Habría pues que analizarlo y explicarlo a fondo, para comprenderlo y ponderarlo en su justa dimensión, para conocer sus causas y sus consecuencias, sus aspectos positivos y negativos, para descartar prejuicios y plantear las advertencias correspondientes. En tal sentido, es bueno tomar en cuenta algunas cosas como las siguientes:

En toda lengua se presentan diversos niveles de uso de la expresión, desde los más vulgares hasta los más cultos, y esto se manifiesta tanto en el habla como en la escritura de la gente.

La lengua reproduce las estructuras sociales y culturales: cada quien se expresa según sus capacidades o limitaciones, según sus intereses, su contexto y su pertenencia a determinados grupos sociales.

Los registros lingüísticos responden a contextos formales e informales, por lo que cada persona asume uno u otro dependiendo de la naturaleza de la conversación que sostenga y de sus propias capacidades para llevar a cabo la comunicación.

Las causas de la economía y de las deficiencias lingüísticas que se ponen de manifiesto al chatear son diversas, e incluyen aspectos tanto sociológicos como psicológicos, tanto educativos como actitudinales.

El chat o el comentario por escrito a través de medios electrónicos, por su propia naturaleza informal y por la espontaneidad que lo rige, está sujeto a cierto pragmatismo lingüístico: la gente busca la rapidez de la comunicación, por lo que es proclive a la simplicidad de lo coloquial.

Las faltas de ortografía reflejan los niveles de competencia y las actitudes de cada uno de los usuarios de la lengua; en consecuencia, debido a la precaria formación académica de la mayoría de los dominicanos, no podemos esperar un buen uso de la lengua en los medios de comunicación, pues nadie puede dar de lo que no tiene.

La lengua es un fenómeno de comunicación social, producto de una comunidad de usuarios, que la heredan y la aprenden unos de otros. La gente sigue modelos lingüísticos de los diferentes entornos en que se desenvuelve; en los contextos formales, las personas tratan de adaptarse a las exigencias; en contextos informales, las personas suelen dejarse llevar por la corriente e imitar modelos o paradigmas expresivos existentes y adaptarse así a la situación comunicativa en que se hallan.

Es inevitable, en consecuencia, lograr unificar criterios al respecto; cada emisor se expresa como puede y como quiere y será juzgado o no según la conciencia de su receptor.

El lado positivo del fenómeno es que estos sistemas de mensajería instantánea amplían los canales de comunicación social. En cuanto a los aspectos negativos, las principales consecuencias de escribir sin seguir las normativas idiomáticas podría ser estas: comunicación deficitaria en menor o mayor grado, promoción inconsciente del empobrecimiento lexical y semántico, profundización de los problemas ortográficos y gramaticales.

En definitiva, paradójicamente, más es menos en el caso que nos ocupa: ciertamente la gente tiene más opciones de mantenerse en contacto y aparentemente se expresa más (criterio de cantidad), pero lamentablemente se comunica menos (criterio de calidad), debido a la superficialidad que suele regir el diálogo en la mayoría de los casos.

Pienso, sin embargo, que no debemos asumir actitudes alarmistas, pues a fin de cuentas toda lengua es un gran sistema que se compone de innumerables subsistemas o dialectos, que a su vez revelan la conformación de cada uno de los distintos estratos sociales, así como la diversidad de contextos en que mujeres y hombres se comunican.

Pero, además, es válido destacar que el seguimiento a las normativas nunca ha sido general ni mucho menos total entre los usuarios de la lengua, pues en la práctica siempre han sido sólo unos pocos (entre ellos algunos intelectuales, artistas, lingüistas, profesores y autodidactas) los que conocen grosso modo la lengua y respetan sus reglas ortográficas y gramaticales.

jueves, 7 de octubre de 2010

La paráfrasis como mecanismo de comprensión de lectura

La paráfrasis es un texto expositivo que presenta una reformulación explicativa de otro tipo de texto. En efecto, la RAE nos dice que la paráfrasis es una explicación o interpretación de un texto para ilustrarlo o hacerlo más claro o inteligible. Se trata pues de una especie de traducción de un modo de expresión lingüística a otro dentro de la misma lengua.

Se reconocen dos tipos: a) la paráfrasis mecánica, que consiste en sustituir las palabras o frases inusuales del texto original por expresiones sinónimas o equivalentes, a veces con cambios sintácticos mínimos; y b) la paráfrasis reconstructiva, que consiste en reelaborar el texto original dando lugar a otro con características formales distintas aunque conservando el mismo significado.

A manera de ejemplo, consideremos el siguiente texto de Manuel del Cabral:

Agua
La del río, qué blanda.
Pero qué dura es ésta:
la que cae de los párpados
es un agua que piensa.

Una paráfrasis mecánica, conservando la versificación, sería algo así:

La del río, qué suave.
Pero qué triste es ésta:
la que brota de los ojos
es una lágrima que duele.

En cambio, una paráfrasis reconstructiva o explicativa y en prosa del mismo texto podría ser la que sigue:

El agua del río es muy suave, pero no así las lágrimas, puesto que provienen de emociones muy profundas.

Y otra manera, más formal y ampliada, podría ser ésta:

El poeta Manuel del Cabral contrasta en su texto dos manifestaciones del agua: la que circula por el cauce del río y la que brota como lágrimas de los ojos; nos dice que la primera es blanda, es decir, agradable a la piel; mientras que la segunda es muy dura, o difícil de manejar, ya que probablemente proviene de pensamientos o sentimientos dolorosos.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Breve cronología del origen y la evolución de la lengua castellana

Siglo III antes de Cristo

Las fuerzas del Imperio Romano invaden la Península Ibérica e imponen en Hispania el latín, lengua itálica de origen indoeuropeo, a la postre madre de la lengua castellana. Este proceso constituye, pues, el antecedente más relevante al momento de establecer la cronología de la lengua española.


Siglo V después de Cristo:

Los llamados pueblos bárbaros (vándalos, suevos, alanos, visigodos) invaden buena parte del territorio del Imperio Romano, producto de lo cual la Península Ibérica recibió el influjo de decenas de palabras de origen germánico que terminaron por pasar a formar parte del castellano, tales como guerra, ganar, blanco, espuela, rico, bregar, espía, frasco, brindis, etc.


Siglo VIII

Los musulmanes invaden la Península Ibérica e imponen su lengua y su cultura por varios siglos, de cuyo proceso la lengua de los castellanos asimila cientos de vocablos árabes, entre ellos palabras como: ojalá, almacén, alcoba, ajedrez, almohada, alguacil, álgebra, albañil, azotea, alfombra, etc.


Siglo IX

Se registran los manuscritos de Valpuesta (Castilla y León), considerados oficialmente como los primeros testimonios escritos del castellano. Se trata de anotaciones en cierto latín ya adulterado que refieren donaciones personales de bienes materiales (ganado, tierras o enseres) al monasterio a cambio de bienes espirituales como un entierro en su suelo o misas en memoria del donante.


Siglo X

En plena invasión musulmana surgen las jarchas, pequeñas canciones amorosas que constituyen los primeros textos escritos en dialecto mozárabe o hispanoarábigo.

Versión medieval
¡Tant' amare, tant' amare,
habib, tant amare!
Enfermeron olios nidios,
e dolen tan male.

Traducción
¡Tanto amar, tanto amar,
amado, tanto amar!
Enfermaron [mis] ojos brillantes
y duelen tan mal.


Siglo XI

Se escriben las glosas emilianenses y silenses (de los monasterios de San Millán de la Cogolla y Santo Domingo de Silos), consideradas durante mucho tiempo como las anotaciones más antiguas en dialecto castellano, hasta que fueron certificados luego como tales los manuscritos de Valpuesta. Ejemplo del contenido de una de las glosas es esta frase en el margen de un texto latino: “Facamus Deus omnipotes tal serbitio fere ke denante ela sua face gaudioso segamus”; la cual se traduce literalmente como: “Háganos Dios omnipotente tal servicio hacer que delante de su faz gozosos seamos”.


Siglo XII

Entre 1140 y 1207 se dan a conocer versiones del Cantar de Mio Cid, de autoría anónima, primera obra literaria que se publica en castellano y primer poema épico en una lengua romance.
He aquí algunos versos del poema:

Versión medieval
La cara del cavallo tornó a Santa María
alçó su mano diestra, la cara se santigua:
“A ti lo gradesco, Dios, que çielo e tierra guías;
Válanme tus vertudes, gloriosa Santa María!”

Traducción
La cara del caballo tornó a Santa María
alzó su mano diestra, la cara se santigua:
“A ti lo agradezco, Dios, que cielo y tierra guías;
Válganme tus virtudes, gloriosa Santa María!”


Siglo XIII

Durante la segunda mitad del siglo XIII, el rey Alfonso X, llamado El Sabio, convirtió al castellano en la lengua oficial del reino de Castilla y León, y en su condición ordenó componer en dicha lengua las obras legales, históricas y astronómicas del reino. Por todos sus aportes se le reconoce como el “padre de la prosa castellana”. He aquí un fragmento de su obra Las siete partidas (1256), en donde discurre sobre los estudios o universidades:

Versión medieval
De buen ayre e de fermosas sallidas deve ser la villa o quieren establecer el Estudio, porque los maestros que muestran los saberes e los escolares que los aprenden vivan sanos en él, et puedan folgar e rrescebir plazer a la tarde, quando se levantaren cansados del estudio.

Traducción
De buen aire y de hermosas salidas debe ser la villa donde quieren establecer el Estudio, para que los maestros que enseñan los saberes y los escolares que los aprenden vivan sanos en él, y puedan holgar y recibir placer en la tarde, cuando se levantaran cansados del estudio.


Siglo XIV

Aparecen dos obras literarias capitales del castellano medieval: el Libro de buen amor (Juan Ruiz, 1330) y El conde Lucanor (Don Juan Manuel, 1335), que ponen en evidencia la fuerza literaria que va cobrando la lengua. Veamos ejemplos de algunos versos de la primera y un pasaje en prosa de la segunda:

Versión medieval

Como dize Aristótiles, cosa es verdadera:
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenençia; la otra cosa era
por aver juntamiento con fenbra plazentera.
Sy lo dexies' de mío, sería de culpar;
dízelo grand filósofo: non so yo de reptar;
de lo que dize el sabio non devedes dudar,
ca por obra se prueba el sabio é su fablar.

Traducción

Como dice Aristóteles, cosa es verdadera:
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por obtener el sustento; la otra cosa era
por tener relaciones con hembra placentera.
Si lo dijese yo, sería de culpar;
lo dijo gran filósofo: no soy yo de refutar;
de lo que dice el sabio no debes dudar,
que por obra se prueba el sabio y su hablar.


Versión medieval
…cuanto a la pregunta que fazedes, vos digo que la mejor cosa que omne puede aver en sí, et que es madre et cabeça de todas las vondades, dígovos que ésta es la vergüença; et por vergüença sufre omne la muerte, que es la más grave cosa que puede seer; ca por vergüença dexa de fazer omne todas las cosas que non le paresçen bien, por grand voluntat que aya de las fazer. Et assí, en la desvergüença an comienço et cabo todas las vondades, et la vergüença es partimiento de todos los malos fechos.

Traducción
…en cuanto a la pregunta que haces, te digo que la mejor cosa que el hombre puede tener en sí, y que es madre y cabeza de todas las bondades, te digo que ésta es la vergüenza; pues por vergüenza sufre el hombre la muerte, que es la más grave cosa que puede suceder; que por vergüenza deja de hacer el hombre todas las cosas que no le parecen bien, por gran voluntad que tenga de hacerlas. Y así, en la desvergüenza tienen comienzo y fin todas las bondades, et la vergüenza es partimiento de todos los malos hechos.


Siglo XV

Elio Antonio de Nebrija publicó en 1492 la primera Gramática Castellana, hecho que cierra la etapa medieval y marca el inicio del castellano moderno. Por esa misma época se produce además el descubrimiento, la invasión, el sometimiento y la colonización de los territorios de América por parte de varios reinos europeos, lo que permitió la expansión de varias lenguas, entre ellas la española, por todo el continente americano. He aquí un pequeño pasaje del libro de Nebrija:

Versión medieval
Los que boluieron de griego en latín este nombre gramática: llamaron la arte de letras: y a los professores y maestros della dixeron grammáticos: que en nuestra lengua podemos dezir letrados.

Traducción
Los que tradujeron del griego al latín la palabra gramática, la definieron arte de letras; y a los profesores y maestros de ella les llamaron gramáticos, que en nuestra lengua podemos decir letrados.


Siglo XVII

En el año 1605 Miguel de Cervantes publica la primera parte de Don Quijote de la Mancha, considerada la obra cumbre de las letras castellanas. En el año 1611 Sebastián de Covarrubias publica el Tesoro de la lengua castellana, primer diccionario publicado enteramente en castellano.


Siglo XVIII

Se funda en el año 1713 la Real Academia de la Lengua Española (hoy conocida con la sigla RAE), hecho que marcó el inicio del español contemporáneo. Su lema: “limpia, fija y da esplendor” sugiere el objetivo de regular, establecer y promover el buen uso del idioma. Se publica el Diccionario de autoridades (entre los años 1726 y 1739), el primer diccionario oficial de la lengua castellana editado por la RAE, con el cual se intenta establecer un modelo lingüístico y la estandarización para el castellano.


Siglo XIX

El humanista venezolano Andrés Bello publica en el año 1847su Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos, considerada en su momento como la mejor gramática de esta lengua.


Siglo XX

Diez autores hispánicos reciben el premio Nobel de Literatura: José Echegaray (1904), Jacinto Benavente (1922), Gabriela Mistral (1945), Juan Ramón Jiménez (1956), Miguel Ángel Asturias (1967), Pablo Neruda (1971), Vicente Aleixandre (1977), Gabriel García Márquez (1982), Camilo José Cela (1989) y Octavio Paz (1990). Asimismo, se funda en el año 1990 el Instituto Cervantes, con el objetivo de divulgar la cultura hispánica por el mundo.


Siglo XXI

Luego de asambleas y consensos entre las 22 academias de la lengua española repartidas por el mundo, se publica en el año 2009 la Nueva Gramática de la Lengua Española, también conocida como gramática panhispánica, al momento considerada la más democrática, abarcadora y detallada obra académica para describir y plantear la correcta utilización de la lengua española contemporánea, así como expresar la unidad de nuestro idioma en su rica variedad. Por otro lado, Mario Vargas Llosa se convierte en el onceavo hispano en recibir Premio Nobel de Literatura (2010).

sábado, 24 de octubre de 2009

Algunos fenómenos lingüísticos del habla coloquial dominicana

Advertencia: Tras la definición de cada uno de los fenómenos lingüísticos tratados aquí, los ejemplos que aparecen debajo y a la izquierda deben leerse sólo como aproximaciones fonéticas a la pronunciación dominicana, cuya versión ortográfica aparece a la derecha. He optado por una transcripción fonética no especializada u oficial para facilitar la comprensión de un universo más amplio de lectores.

Aféresis: elisión o supresión de sonidos a inicios de palabras.
´ta : está
´biéran : hubieran

Apertura vocálica: pronunciación de una vocal cerrada como vocal abierta.
antónse : entonces
progúnta : pregunta

Apócope: elisión o supresión de sonidos al final de una palabra.
to´ : todo
pue´ : puede

Aspiración de h: pronunciación aspirada, como una jota.
bájo : vaho
jambriénto : hambriento

Aspiración de /s/ implosiva: pronunciación de /s/ como /j/ al final de una sílaba.
míjma : misma
loj doj : los dos

Cierre vocálico: pronunciación de una vocal abierta como vocal cerrada.
batiár : batear
tuáya : toalla

Elisión de la /d/ intervocálica: supresión de una d entre dos vocales.
enamoráo : enamorado
komío : comido

Elisión de /r/ implosiva: supresión o eliminación de la r en finales de sílabas o palabras.
jugá : jugar
juntáno : juntarnos

Elisión de /s/ implosiva: supresión o eliminación de la s en finales de sílabas o palabras.
epesiále : especiales
depué : después

Epéntesis: introducción de un sonido extra en interior de palabra.
diferiénsia : diferencia
lambér : lamer

Fonosintaxis: pronunciación alterada de dos o más palabras como si fueran una sola.
pónde : para donde
matekóko : mata de coco

Geminación: pronunciación duplicada de una consonante que asimila a otra que le precede.
obbídala : olvídala
kánne : carne

Lateralización de /r/ implosiva: pronunciar r como l al final de sílaba o palabra:
beldá : verdad
kaminál : caminar

Metátesis: traslado o transposición de sonidos en interior de palabra.
posigla : pocilga
naide : nadie

Nasalización de /s/ y /r/: pronunciación de las consonantes s y r como si fueran n.
enkondía : escondida
bíngen : virgen

Neutralización de /m/ en /n/: pronunciación de n en donde corresponde m.
íbano : íbamos
tábano : estábamos

Paragoge: adición o añadidura de sonidos al final de una palabra.
bíde : vi
asina : así

Plural analógico con /se/: pronunciar como se la marca s de plural.
plátanose : plátanos
lo níñose : los niños

Prótesis: adición de sonidos al inicio de palabras:
dir : ir
déntren : entren

Seseo: pronunciación de /s/ en lugar de /z/ o /c/:
serésa : cereza
sibilisasión : civilización

Simplificación de vocales idénticas: pronunciación de dos vocales contiguas iguales como una sola.
alkól : alcohol
kren : creen

Síncopa: elisión de sonidos en el interior de palabras:
dijén : dijeron
ánke : aunque

Transposición de los pronombres me, te, se: intercambio de la posición sintáctica normativa o convencional de me, te, se.
te se olbidó : se te olvidó
me se cayó : se me cayó

Vibrantización de /l/ implosiva: pronunciación de /l/ como /r/ en final de sílaba o de palabra.
er : el
arbañír : albañil

Vocalización en /i/ de /k/, /l/ y /r/ implosivas: pronunciar como i las consonantes /k/, /l/ y /r/ en final de sílabas o palabras.
aisión : acción
aikansái : alcanzar

Yeísmo: pronunciación de /y/ en lugar de /ll/:
yegáda : llegada
éyos : ellos

jueves, 22 de octubre de 2009

Fábula del pintor Pitas Payas , por Juan Ruiz (Arcipreste de Hita)

El Libro de buen amor es la obra literaria más relevante del castellano del siglo XIV. Se trata de un conjunto heterogéneo de poemas en torno al tema del amor en sus diversas manifestaciones, espirituales y sensuales, escritos por Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, hacia el año de 1330. A continuación presentamos uno de los pasajes del libro, en versiones antigua y moderna, en que se puede apreciar tanto la evolución de la lengua española como el contacto de la misma con el francés medieval.

Versión en castellano medieval

Enxienplo de lo que contesçió á don Pitas Pajas, pintor de Bretañia

Del qu' olvyda la muger te diré la fazaña:
Sy vieres que es burla, dyme otra tan maña.
Era don Pitas Pajas un pyntor de Bretaña;
Casó con muger moça, pagávas' de conpaña.

Antes del mes cunplido dixo él: "Nostra dona,
"Yo volo yr á Frandes, portaré muyta dona".—
Ella diz': "Monsener, andés en ora bona;
"Non olvidés casa vostra nin la mia presona".—

Dixol' don Pitas Payas: "Doña de fermosura,
"Yo volo fer en vos una bona fygura,
"Porque seades guardada de toda altra locura".—
Ella diz': "Monssener, fazet vuestra mesura".—

Pyntol' so el onbligo un pequeno cordero.
Fuese don Pytas Pajas á ser novo mercadero.
Tardó allá dos anos, muncho fué tardinero,
Façías' le á la dona un mes año entero.

Como era la moça nuevamente casada,
Avíe con su marido fecha poca morada;
Tomó un entendedor é pobló la posada,
Desfízos' el cordero, que dél non fynca nada.

Quando ella oyó que venía el pyntor,
Muy de priessa enbió por el entendedor;
Díxole que le pyntase, como podiesse mejor,
En aquel logar mesmo un cordero menor.

Pyntóle con la gran priessa un eguado carnero
Conplido de cabeça, con todo su apero;
Luego en ese día vino el menssajero:
Que ya don Pytas Pajas desta venía çertero.

Quando fué el pyntor ya de Frandes venido,
Ffué de la su muger con desdén resçebido;
Desque en el Palaçio ya con ella estido,
La señal que l' feziera non la echó en olvido.

Dixo don Pitas Pajas: "Madona, sy vos plaz'
"Mostratme la figura é ¡aiam' buen solaz!"—
Diz' la muger: "Monseñer, vos mesmo la catat:
"Fey y ardidamente todo lo que vollaz".—

Cató don Pitas Pajas el sobredicho lugar,
E vydo grand carnero con armas de prestar.
"¿Cómo, madona, es esto ó cómo pode estar,
"Que yo pynté corder, é trobo este manjar?"—

Como en este fecho es syenpre la muger
Sotil é malsabyda, diz': "¿Cómo, monsseñer,
"En dos anos petid corder non se fer carner?
"Veniésedes tenplano: trobaríades corder".—

Por ende te castiga, non dexes lo que pides:
Non seas Pitas Pajas, para otro non errides.
Con dezires fermosos á la muger conbydes:
Desque telo prometa, guarda non lo olvides.


Versión en español moderno

Ejemplo de lo que aconteció a don Pitas Payas, pintor de Bretaña

Dejó uno a su mujer (te contaré la hazaña;
si la estimas en poco, cuéntame otra tamaña).
Era don Pitas Payas un pintor de Bretaña,
casó con mujer joven que amaba la compaña.

Antes del mes cumplido dijo él: -Señora mía,
a Flandes volo ir, regalos portaría.

Dijo ella: -Monseñer, escoged vos el día,
Mas no olvidéis la casa ni la persona mía.


Dijo don Pitas Payas: -Dueña de la hermosura,
Yo volo en vuestro cuerpo pintar una figura
Para que ella os impida hacer cualquier locura.

Dijo ella: -Monseñer, haced vuestra mesura.

Pintó bajo su ombligo un pequeño cordero
y marchó Pitas Payas cual nuevo mercadero;
estuvo allá dos años, no fue azar pasajero.
Cada mes a la dama parece un año entero.

Hacía poco tiempo que ella estaba casada,
había con su esposo, hecho poca morada;
su amigo tomó y estuvo acompañada,
deshízose el cordero, ya de él no queda nada.

Cuando supo la dama que venía el pintor,
muy de prisa llamó a su nuevo amador;
dijo que le pintase, cual supiese mejor,
en aquel lugar mismo un cordero menor.

Pero con la gran prisa pintó un señor carnero,
cumplido de cabeza, con todo un buen apero.
Luego, al siguiente día, vino allí un mensajero:
Que ya don Pitas Payas llegaría ligero.

Cuando al fin el pintor de Flandes fue venido,
Su mujer, desdeñosa, fría le ha recibido:
Cuando ya en su mansión con ella se ha metido,
La señal que pintara no ha echado en olvido.

Dijo don Pitas Payas: -Madona, perdonad,
mostradme la figura y tengamos solaz.

-Monseñer -dijo ella-, vos mismo la mirad,
todo lo que quisieres hacer, hacedlo audaz.


Miró don Pitas Payas el sabido lugar
y vio aquel gran carnero con armas de prestar.
-¿Cómo, madona, es esto? ¿Cómo puede pasar
que yo pinté corder y encuentro este manjar?


Como en estas razones es siempre la muger
sutil y mal sabida, dijo: -¿Qué, monseñer?
¿Petit corder, dos años, no se ha de hacer carner?
Si no tardaseis tanto, aún sería corder.


Por tanto, ten cuidado, no abandones la pieza.
No seas Pitas Payas, para otro, no se cueza;
incita a la mujer con gran delicadeza
y si promete al fin, guárdate de tibieza.